Tu navegador (Internet Explorer 7 o anterior) está obsoleto. Tiene fallas de seguridad y no puede mostrar todas las características de este y otros sitios web. Aprende a actualizar su navegador.

X

Hace ya bastantes años decidí dar un giro a mi carrera profesional y dedicar mis conocimientos y experiencia en comunicación empresarial y periodismo a algo que para mí es muy importante: el medio ambiente. Después de vivir un año en Canadá, donde hice algunos cursos de Continuing education y trabajé como voluntaria en una ONG, al volver a España me di cuenta de que aquí estaba casi todo por hacer. Cuando hablabas de medio ambiente (corría el año 92 y empezaba a sonar lo de la Cumbre de Río) y lo asociabas a comunicación la expresión más común era cara de sorpresa y arqueo de cejas. Pero poco a poco y gracias al trabajo conjunto de profesionales de diversos sectores que estaban en la misma tesitura (algunos de ellos compañeros y amigos durante todos estos años) el medio ambiente se hizo un hueco en los medios de comunicación, en las empresas, en la Administración y, sobre todo, en la mente y corazón de las personas. Hoy, la preocupación por el medio ambiente es ya una realidad en casi toda la sociedad, aunque todavía quede mucho por hacer. Y en esto estamos.

Casi desde el principio me especialicé en reciclaje de residuos: empecé con el aluminio, en la asociación ARPAL, después vino la revista RECUPERA del Gremi de Recuperació de Catalunya, luego PROCARTON, colaboré con la Fundación Natura, el Dossier del Medio Ambiente y otros proyectos. Y lo alterné dando formación en la universidad, en ciclos profesionales y en entidades que apoyaban a emprendedores.

Al final, me animé a hacer la tesis doctoral y, como no, elegí el reciclaje como tema: La comunicación ambiental en el reciclado de envases de aluminio por parte de adolescentes: talleres educativos y mensajes SMS es el título de la investigación, que fue galardonada, además, con el Premio Extraordinario en Doctorado en el ámbito de las Ciencias Sociales en el año 2012. Un reconocimiento a duros años de estudio y trabajo pero que, sin ninguna duda, valieron la pena.

Hoy, después de 20 años dedicada a la comunicación ambiental, creo más que nunca en mi trabajo. En la era digital, las posibilidades de extender el mensaje ambiental hasta los lugares más recónditos y llegar a las personas menos receptivas se han multiplicado. ¡Aprovechemos el momento!